Dolor rodilla

Fisioterapia rodilla: ¿Qué es la fisioterapia de rodilla?


La fisioterapia, o medicina física, como se conoce en la actualidad, es el campo de la medicina más nuevo y empero más antiguo. Él más nuevo porque solo a partir de los veinte a cincuenta años pasados ha sido reconocido como parte integral de la medicina. La fisioterapia permite aliviar el dolor de rodilla y la rehabilitación de rodilla con un terapia eficacaz. El interés por la fisioterapia se debe a la alta incidencia de patología degenerativa, a los diferentes procesos inflamatorios que la afectan y a la creciente patología traumática.

Fisioterapia rodilla: ¿Por qué se produce el dolor en la rodilla?


La rodilla es la articulación más grande del esqueleto. Las estructuras que la forman -cóndilos femorales, platillos tibiales y rótula- configuran dos articulaciones: una entre la tibia y el fémur (femorotibial), y otra entre la rótula y el fémur (femoropatelar). Es una articulación de gran estabilidad y permite la flexoextensión.

La mayoría de afecciones pueden diagnosticarse con una historia clínica detallada y un examen físico completo. Realizar una buena anamnesis sobre el mecanismo de la lesión es fundamental para conocer las estructuras que han podido quedar afectadas.

Para explorar la rodilla se debe descartar antes una fractura, pues una movilidad innecesaria podría añadir lesiones. Los síntomas pueden ser suficientes para su diagnóstico. Se confirmará mediante estudio radiográfico. También es imposible explorar una rodilla con derrame. Primero hay que evacuarlo y dejar pasar unos días de reposo: disminuirán el dolor y la tumefacción, lo que permitirá una valoración más precisa.

Antes de examinar la rodilla lesionada se evalúa la contralateral para ganar la confianza, distender al paciente y conocer su «patrón de normalidad». Asimismo, la valoración de la cadera permite detectar problemas que pueden parecer lesiones de rodilla. Los estudios de imagen son pruebas complementarias y no deben ser el primer paso ni el único de ningún historial.

Fisioterapia rodilla: Causas del dolor de rodilla y lesión rodillas


Fisioterapia rodilla

Fisioterapia rodilla: Diagnosticar el dolor de rodilla


Con los miembros inferiores al descubierto, el fisioterapeuta coloca al paciente en bipedestación, de frente y de espalda, y se observará su marcha. Es necesario comparar siempre ambas rodillas para una mejor valoración. El fisioterapeuta busca:
• Atrofias musculares.
• Desviaciones en los ejes mecánicos, que pueden ser:
- Lateral (genu valgo)
- Medial (genu varo)
- Anterior (genu flexo)
- Posterior (genu recurvatum)
• Tumefacciones: pueden indicar derrame articular, bursitis, quiste meniscal, quiste de Baker, apofisitis de Osgood- Schlatter, edema, flebitis, tofos, nódulos reumatoideos, etc.
• Alteraciones de la marcha: con los pies colocados en paralelo, las puntas hacia dentro o hacia fuera. La aparición de dolor en uno u otro punto nos puede orientar a la hora de determinar de qué patología se trata.

Fisioterapia rodilla: Diagnostico

Fisioterapia rodilla: Palpación del fisioterapeuta


Se deben valorar los siguientes factores:
• Aumento local de la temperatura.
• Derrame articular. Se demuestra con el «signo del peloteo» o choque rotuliano. El paciente se coloca en decúbito supino y con el muslo relajado. La mano izquierda del explorador comprime el fondo de saco suprapatelar y las interlíneas interna y externa con el dedo pulgar por una parte, y el índice y medio por la otra. La mano derecha comprime la rótula contra los cóndilos femorales en dirección perpendicular al suelo. El desplazamiento del líquido presente se detecta como un choque en la bolsa suprapatelar. Al aliviar la presión sobre la rótula, el líquido vuelve a zonas mediales provocando la «ascensión» y el golpeo de la rótula contra los dedos. Este signo es patente en caso de derrames abundantes.
• Puntos dolorosos.
Fisioterapia rodilla: palpación

Fisioterapia rodilla: Fisioterapia de los ligamentos laterales


Prueba de estrés en varo y en valgo
Con el paciente en decúbito supino se apoya una mano en la cara interna de la rodilla, la otra mano sujeta la pierna por encima del maléolo peroneo y forzamos el varo. Así sometemos a tensión el ligamento lateral externo (LLE). Cambiando el apoyo a la cara externa de la rodilla y la otra mano por encima del maléolo tibial, forzando el valgo, sometemos a estrés el ligamento lateral interno (LLI), prueba que se realizará con la rodilla en extensión y luego a 30º de flexión (para relajar los ligamentos cruzados y la cápsula posterior). Si el bostezo articular es mayor que en la rodilla opuesta, asistimos a una rotura del LLE o del LLI, que pueden ser de grado I (abertura < 5 mm), grado II o parcial (abertura de 5-10 mm) y grado III o completa (abertura > 10 mm). La laxitud en extensión completa implica una lesión más extensa (lesión de ligamento cruzado anterior [LCA] y posterior, y cápsula posterior).
Fisioterapia rodilla: ligamentos

Prueba del 4 de Moragas
Permite una palpación muy fácil del LLE. La rodilla lesionada se flexiona a 90º y el pie de ese mismo miembro se coloca sobre la rodilla contralateral. Así, el ligamento se tensa y podemos palparlo en todo su recorrido comprobando su integridad.
Fisioterapia rodilla: ligamentos

Fisioterapia rodilla: Fisioterapia de los ligamentos cruzados


Prueba de Lachman para el ligamento cruzado anterior
Es la prueba más sensible y específica para demostrar la insuficiencia del LCA. Con el paciente en decúbito supino y la rodilla flexionada 30º, la tibia, sujetada por la cara interna de su tercio proximal, se mueve hacia delante manteniendo fijado el fémur. La prueba es positiva si la tibia se desplaza más de 5 mm y el final del movimiento no es brusco, sino que hay un tope blando.
Fisioterapia rodilla: ligamentos cruzados

Prueba del cajón anterior
Valora el LCA. Es menos útil porque resulta negativa en el 50% de los casos de roturas. Se realiza con el paciente en decúbito supino, la cadera flexionada 45º, la rodilla flexionada 90º, y el explorador sentado sobre el pie del paciente. Se coge la tibia proximal con ambas manos y se tracciona hacia delante en posición neutra, y si el desplazamiento es > 10 mm, se considera rotura segura.

Prueba del cajón posterior
Es la prueba más sensible para valorar el ligamento cruzado posterior. La posición es similar a la descrita en la prueba del cajón anterior, pero empujando la tibia posteriormente sobre el fémur, y se valora el desplazamiento.

Prueba del pivote central
En decúbito supino, la rodilla extendida, una mano sobre la cara externa fuerza el valgo y la otra sujetando la pierna en rotación interna. En caso de rotura del LCA hay una subluxación anterior de la tibia. Al ir flexionando la rodilla, sobre los 30º, se aprecia un desplazamiento posterior y súbito de la tibia sobre el fémur, que indica la reducción de la subluxación.
Fisioterapia rodilla: ligamentos cruzados

Fisioterapia rodilla: Fisioterapia de los meniscos


Prueba de McMurray
En decúbito supino se flexionan al máximo la cadera y la rodilla. Una mano sujeta la rodilla, la otra rota el pie hacia afuera y se extiende la rodilla manteniendo la rotación externa. La aparición de chasquido y/o dolor indica lesión del menisco interno. Se repite la maniobra con el pie en rotación interna. Los síntomas aparecen en el menisco externo en caso de lesión. Regla: el talón señala el menisco lesionado.
Fisioterapia rodilla: meniscos

Maniobra de Steinman
Con el paciente en decúbito supino, la rodilla semiflexionada y sujetando el tobillo, realizamos movimientos rápidos y forzados de rotación interna y externa de la pierna. La presencia de chasquido y/o dolor se interpreta como en la prueba anterior.

Maniobra de Apley
Con el paciente en decúbito prono y la rodilla flexionada 90º, hacemos presión y rotaciones internas y externas del pie. Los hallazgos y la interpretación son similares a los expuestos en el apartado correspondiente a la prueba de McMurray.
Fisioterapia rodilla: meniscos

Fisioterapia rodilla: Fisioterapia de la rótula


Signo de Zöhlen
Paciente en decúbito supino y las rodillas en extensión. Con el pulgar y el índice desplazamos la rótula en sentido caudal. Manteniéndola sujeta pedimos al paciente que contraiga el cuádriceps (elevar la pierna sin doblar la rodilla). La presencia de dolor indica lesión del cartílago rotuliano.
Fisioterapia rodilla: rótula

Signo «del cepillo»
Partiendo de la situación anterior, hacemos desplazamientos de la rótula hacia el borde medial y lateral y en sentido craneocaudal. La aparición de dolor se interpreta como en la maniobra anterior.

Signo de la aprensión rotuliana
Partiendo de la situación anterior y presionando el borde interno de la rótula, la desplazamos hacia fuera. Al flexionar la rodilla y en caso de inestabilidad patelar, el paciente tiene la sensación de que vamos a luxarle la rótula.

Fisioterapia rodilla: Tratamiento del dolor de rodilla (fisioterapia)


Crioterapia
La aplicación local de frío tiene muchos efectos fisiológicos. La aplicación breve no produce cambios importantes en la presión arterial. La crioterapia tiene las ventajas siguientes:
• Alivia el espasmo y dolor muscular.
• Disminuye la inflamación.
• Se combina en forma eficaz con la reeducación muscular.
• Cuando se utilizan técnicas de facilitación neuromuscular propioceptivas no eleva el riesgo de hemorragia en los traumatismos agudos o en las distensiones de músculos y ligamentos.
• Disminuye la espasticidad y la fatiga y aumenta la capacidad del paciente para realizar movimientos voluntarios.

Las desventajas de la aplicación local de frío consisten en que ocasiona cierto grado de incomodidad y con frecuencia los ancianosno lo toleran. Por el contrario, la aplicación de frío por debajo de 0°C. Ya sea con ayuda de hielo o valiéndose de congelación provoca, como reacción un incremento de la irrigación debido a una vaso dilatación lo cual agravaría la inflamación.

Presión
La práctica de presión en la zona lesionada va orientada a reducir las manifestaciones inflamatorias debido a la acción fagocitaría de la tumefacción y a tal fin los vendajes compresivos utilizados deberán estar acolchonados, en cuanto a los materiales empleados para que así sea destacáremos que son el algodón y la goma espuma en casos de urgencia también se pueden utilizar tejidos doblados que no formen arrugas, procede a añadir que los vendajes compresivos deben realizarse con vendas anchas carentes de pliegues, con ese objeto se puede utilizar vendas normales o autoadhesivas que deberán colocarse de forma circular también se pueden adquirir vendas elásticas anchas, las cuales cabe fijar fácilmente con la ayuda de una grapas.

Inmovilización y elevación del miembro afectado
Dependiendo de la gravedad de la lesión, deberá inmovilizarse la zona afectada y según en qué casos, solo proteger, por un lado la inmovilización evita el dolor y por otro lado la extensión de la lesión. Así tenemos por ejemplo que en los desgarros musculares cualquier esfuerzo adicional puede provocar un agrandamiento de la herida, provocando hemorragias y un retraso de la curación. En cuanto a la elevación de la zona lesionada la misma va destinada a reducir la tumefacción. Así tenemos por ejemplo que si no eleva el miembro afectado cuando existe una torcedura, este se inflamará cuando el individuo este sentado o de pie, debido a la presión hidrostática de la sangre. Las lesiones específicas, como son los desgarros tendinosos y musculares o las fracturas óseas, requieren una forma especial de inmovilización. También se requiere cuando se sospeche la existencia de lesiones en la cavidad abdominal o pélvica o en la cavidad torácica o craneal.

Vendaje
Parte esencial para conseguir el éxito en los primeros auxilios es la aplicación correcta de los diversos vendajes, los cuales constituidos por vendas o paños, suponen un valioso recurso de urgencia de rápida utilización. Para tratar heridas, llevar a cavo las medidas refrigerantes y producir compresión. Al contrario que los semifijos (de cinco, vendas adhesivas) o fijos (yeso, férulas sintéticas) constituyen vendas provisionales que pueden ser eliminados en cualquier momento y sin complicaciones para el tratamiento y diagnostico medico. Son especialmente útiles las vendas de 4, 6,8, y 10 centímetros de ancho.